Agradecer es sacar provecho


Agradecer es sacar provecho a lo que te dieron: vivir, disfrutar, servir, compartir.

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Todo lo que existe está pensado. Y por eso es así, exactamente como está pensado. ¿Pensado por quién? Por el Espíritu que lo piensa todo. Todo lo existente recibe su Ser y su Existencia porque él lo piensa, y lo recibe tal y como él lo piensa. Así, también yo soy pensado, tal como soy. Así está pensada mi vida, su principio y su fin. Así está pensado mi destino, tal y como se convierte en mi destino para mí y para otros. Ante todo, soy pensado tal como soy ahora, y estoy pensado para lo que se me presenta en este instante y lo que este instante tiene preparado para mí. También para lo que el instante me ofrece ahora, para lo que me exige ahora y lo que ahora me posibilita. Y siendo pensado así por el espíritu, ¿cómo me comporto? Me comporto de forma serena, confiado, recogido, seguro y expectante. Me comporto tal y como he sido pensado y para lo que he sido pensado. Me comporto pensante, pensante tal y como el espíritu ahora piensa de mí. Me dejo llevar pensante por su pensar, hasta que ocurre lo que él piensa y lo que yo pienso en consonancia y sintonía con él, y ocurre según él lo piensa. Así mi pensar se purifica, y se purifica todo lo que de esta forma comienzo pensante y pensante lo acabo. Este pensar, ya que está pensado desde otro lugar que no es aquí, me hace extenso, me expande. En consonancia con este pensar permanezco sin preocupación, sin temor, alegre y con dedicación. Me permite estar en el instante, sin mirar hacia atrás, a lo que ya fue, y sin adelantarme en el ahora, como si lo que viene ya estuviera antes de estar pensado, pensado de tal forma que puede ser. Así, pensado, estoy en la plenitud, en mi plenitud, en la plenitud del ser.

BERT HELLINGER . Mística cotidiana.